VIAJE DE RETORNO
Lorena siempre habÃa admirado a su prima SofÃa, que vivÃa en Estados Unidos desde hacÃa varios años. SofÃa le contaba por teléfono sus aventuras, sus viajes y sus éxitos profesionales. Lorena, en cambio, se sentÃa atrapada en su pequeño pueblo de Colombia, donde trabajaba como cajera en un supermercado y no tenÃa novio ni planes de futuro.
Un dÃa, SofÃa le llamó con una propuesta irresistible: le ofrecÃa irse a vivir con ella a Miami, donde le darÃa un trabajo en su empresa de publicidad y le presentarÃa a sus amigos y contactos. Lorena no lo dudó ni un segundo y aceptó la invitación. Vendió todas sus cosas, renunció a su empleo y se despidió de su familia y amigos.
Lorena estaba muy ilusionada por empezar a trabajar en la empresa que le habÃa prometido su prima SofÃa. Lorena creÃa que su prima le estaba haciendo un gran favor.
Al dÃa siguiente tras llegar a Miami Lorena se dio cuenta de que todo habÃa sido una mentira. La tal empresa no existÃa, Sofia no tenia ninguna empresa, solo trabajaba como vendedora de Stands publicitarios. SofÃa le habÃa engañado, le habÃa hecho perder el tiempo y se habÃa burlado de las ilusiones de Lorena.
Lorena se sintió humillada y enfadada. No entendÃa por qué su prima le habÃa hecho eso. ¿Qué le habÃa hecho ella para merecer ese trato? ¿Acaso SofÃa simplemente le gustaba hacerle daño? Lorena recordó todas las veces que SofÃa le habÃa hecho falsas promesas, le habÃa contado historias increÃbles. Se dio cuenta de que SofÃa era una manipuladora, una mentirosa, una egoÃsta. Se arrepintió de haber confiado en ella, de haber dejado su paÃs, su familia, sus amigos, por seguir sus consejos.
Lorena se sintió sola y desamparada. No tenÃa dinero, ni trabajo, ni nadie que la ayudara. Estaba en un paÃs desconocido, donde no conocÃa a nadie, donde no tenÃa ningún futuro. Se preguntó qué iba a hacer, cómo iba a salir de esa situación, cómo iba a sobrevivir. Laura acepto un empleo precario como secretaria en una escuela, donde le pagaban una miseria.
SofÃa se habÃa aprovechado de la inocencia y la confianza de Lorena para hacerle creer que le ofrecÃa una oportunidad de oro, cuando en realidad solo querÃa arruinarle la vida.
Asà pasaron dos años, en los que Lorena se fue consumiendo poco a poco. Su salud se deterioró, su ánimo se apagó, y su soledad se hizo insoportable
Una noche, Lorena se puso a reflexionar sobre su vida. Se dio cuenta de que habÃa cometido un gran error al dejar su paÃs. AllÃ, aunque no tenÃa lujos, tenÃa lo más importante: el amor y el apoyo de su familia. TenÃa comida, techo, paz, y alegrÃa. TenÃa un clima agradable, y una cultura que le gustaba. En cambio, en Norteamérica, solo tenÃa hambre, frÃo, estrés, y tristeza. No tenÃa a nadie con quien compartir, ni nada que le motivara.
Fue entonces cuando tomó una decisión. Iba a regresar a su paÃs, costara lo que costara. Iba a recuperar su vida, su familia, y su felicidad. No iba a dejar que el engaño de su prima le arruinara su futuro.
Al dÃa siguiente, Lorena renunció a su trabajo, empacó sus pocas pertenencias, y se dirigió al aeropuerto. Allà consiguió un boleto de avión. No le importaba que fuera el más barato, ni el más incómodo. Solo querÃa volver a casa.
Cuando llegó a su paÃs, sintió una emoción indescriptible. Respiró el aire fresco, sintió el sol en su piel, y escuchó el acento familiar. Se dirigió a la casa de su madre, donde la esperaban su hermana y sus sobrinas. Al verlas, se abrazaron con fuerza.
Lorena se sintió aliviada, y feliz. HabÃa vuelto a su hogar, a su tesoro. HabÃa aprendido una lección valiosa: no hay nada como la familia, y no hay lugar como el propio. A veces, un viaje de regreso puede ser el mejor viaje de la vida.
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