Esta es una cita atribuida a Albert Einstein, el famoso científico y pensador del siglo XX. En esta frase, Einstein expresa la importancia de ser fiel a uno mismo y a sus valores, sin dejarse influir por la opinión de los demás. Según Einstein, la conciencia es lo que define nuestra identidad y nuestra moral, mientras que la reputación es solo una imagen superficial que puede variar según el contexto y el criterio de cada persona. Por lo tanto, Einstein nos invita a preocuparnos más por nuestra conciencia, que es lo que realmente somos, que por nuestra reputación, que es lo que otros piensan de nosotros y que no es nuestro problema.
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