La Obsesión
Una obsesión es una idea o pensamiento recurrente e incontrolable que se aferra a una idea fija. Estas ideas obsesivas están asociadas a algún suceso, evento o situación que genera preocupación, temor o angustia en la persona. Para que un pensamiento sea considerado como obsesivo, debe cumplir con ciertas características:
- Involuntarias e incontrolables: Aunque la persona intente no pensar en ellas o eliminarlas, estas ideas vuelven a la mente, a veces incluso con más fuerza.
Causas habituales: Los estados de ansiedad y estrés psicológico suelen dar origen a estas obsesiones. La ansiedad y los pensamientos obsesivos pueden alimentarse mutuamente, creando un círculo vicioso.
¿Cuáles son los síntomas de la obsesión?
Los síntomas de la obsesión pueden variar, pero generalmente incluyen:
- Pensamientos recurrentes: Las obsesiones son ideas o pensamientos que aparecen constantemente en la mente de la persona. Estos pensamientos pueden ser incontrolables y difíciles de evitar.
- Cargas emocionales intensas: Las obsesiones están asociadas a preocupaciones o temores que generan angustia o ansiedad significativa.
- Involuntariedad: Aunque la persona intente no pensar en estas ideas obsesivas, estas vuelven a la mente, a veces con más fuerza.
- Dificultades para funcionar: Las obsesiones pueden interferir con la calidad de vida y las actividades diarias.
Algunos ejemplos específicos de obsesiones incluyen:
Miedo a la contaminación: Temor a tocar objetos que otros han tocado.
Dudas constantes: Por ejemplo, preocuparse por si se cerró la puerta o se apagó la estufa.
Necesidad de orden o simetría: Estrés intenso cuando las cosas no están organizadas de cierta manera.
Pensamientos no deseados o tabúes: Relacionados con el sexo, la religión o daño hacia uno mismo o los demás.
¿Cómo puedo superar una obsesión?
Superar una obsesión puede ser un proceso desafiante, pero con paciencia y enfoque, es posible recuperar el control sobre tus pensamientos y emociones. Aquí hay algunos pasos que podrían ayudarte:
Aléjate de la fuente de tu obsesión:
Si estás obsesionado con alguien o algo, coloca una distancia física entre tú y esa fuente. Cuanto más cerca estés de la obsesión, más difícil será pensar en otras cosas. Limita el contacto con personas o situaciones que alimentan la obsesión.
Por ejemplo, si estás obsesionado con una persona, considera reducir el tiempo que pasas con ella o él.
Deja de alimentar la obsesión:
Pensar constantemente en la fuente de la obsesión fortalece su control sobre ti. Rompe este hábito.
Evita hablar de la obsesión con amigos, dejar de seguir sus redes sociales o imaginar escenarios relacionados con ella.
Cuanto menos espacio ocupe en tu mente, más empezará a disminuir.
Distráete con otras actividades:
Recupera relaciones que has estado descuidando. Pasa tiempo con amigos y familiares. Ellos te brindarán nuevas ideas e intereses.
Concéntrate en cosas que te apasionen o en proyectos personales. Mantén tu mente ocupada con actividades positivas.
Aprende a vivir el momento:
En lugar de enfocarte en el pasado o en el futuro, practica la atención plena. Disfruta del presente y acepta tus pensamientos sin juzgarlos.
¿Qué tipos de terapia pueden ayudarme con las obsesiones?
Existen varios tipos de terapia útiles para tratar las obsesiones. Aquí te presento algunas opciones:
La TCC es una de las terapias más efectivas para tratar el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Se enfoca en cambiar patrones de pensamiento y comportamiento.
Implica exponerse gradualmente a situaciones o pensamientos temidos y resistir la compulsión de realizar rituales.
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